miércoles, 5 de enero de 2011

Cómo llegó mi hermanito a tu panza



Cómo llego mi hermanito a tu panza, te lo comiste en una rosca y lo alimentas a diario para que crezca. Entonces, por eso dice papá que tienes que comer por dos, pero, por qué mejor no lo sacas como a mí. Podría enseñarle a crecer, podría enseñarle el secreto para comerse rápido las galletas que me regala mi abuelita, y, crecerá más rápido que estando en tu pancita. Ya no te daría las patadas, que de cuando en cuando te hacen llorar por las noches. Dile que ya no lo haga, que no me gusta, que me despiertes con las luces encendidas. Acúsalo con papá; él, se preocupa mucho últimamente y nada más tiembla con las llaves del auto en sus manos y ve su reloj a todas horas, me dice a cada rato que no te puedo ver porque estás durmiendo. Quiero entrar a tu cuarto y las enfermeras me jalan de la puerta y me entretienen con otras cosas, pero escucho que suplicas que te dejen. Quieres verme. Por qué lo hacen. No deben hacerlo, pero papá dice que me quite de enfrente de la puerta y, las deje entrar y salir de tu cuarto. Yo no lo entiendo, si él igual le duele que te hagan llorar. Por qué no los saca de la casa, los corre lejos a hacer llorar a otra gente. Sé que mi papá tiene ganas de gritarles a esa gente de ropa blanca, por qué no lo hace y sólo seca mis lágrimas y dice que no es bueno llorar. Él llora a escondidas de todos, en el jardín lo alcanzo a ver que se secan con un trapo los ojos, luego entra a la casa y me dice que no pasa nada, que mañana iremos a dar una vuelta a la alameda; los tres juntos nos comeremos un helado de limón, pero yo sé que no es cierto.

Hoy es Navidad. Mis tíos no han llegado. Clarito, los escuche que vendrán mañana por mí para que en su casa coma rosca de Reyes, pero yo no quiero nada, no quiero regalos de esos, los quiero a ustedes juntos. Yo no quiero nada, no quiero vestido ni muñecas que bailan, ni rosca de esas de pan; no vaya a ser que un hijo me crezca en mi panza como a ti mamá, y después todos los días me duela la panza. No quiero ir con mis tíos. Quiero quedarme contigo. Voy a regañar a mi hermanito cuando salga, le acusaré con mi abuelita.

Por qué no quitan el pie de la puerta, quiero entrar a verlos. No lloren, que yo no lloro. Miren a mi mamá que no está llorando, tiene la cara más tranquila, y los ojos bien cerrados. Quiero dormir con ella.

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