miércoles, 5 de enero de 2011

Conquistar antes de ser conquistado


Es tan difícil no romperse el corazón en abril. Es tan difícil no enamorarse. Puedo enamorarme de la noche a la mañana, quedar prendado de ella y sus ojos inmensos, de sus pestañas quebradas, de su boca. ¿Qué puedo hacer si me levanto palpite y palpite, y por más que tengo una mujer servida en mi corazón, yo, dejo de amarle? Busco un amor obsesivo que me interese, y sencillamente después le pierdo interés. No quiero hablar de amor en este mes tan lindo. Hoy tal vez fue mi primer tropiezo, voy a enamorar sin dejar enamorarme. Hoy fue el aviso de que no debe ser con el corazón, debe ser con la mente. Hay que fingir sonrisas, miradas, movimientos que cortejen. Y ahora bien, no seré la gran monada de hombre, pero siempre la perseverancia se sale del molde. Desborda, finge, pasa sobre tus valores, etiqueta adrede si es posible. Pero nunca te dejes conquistar, nunca aflojes esos nervios del corazón, nunca te entregues. ¿Y a dónde este deshago? ¿Es la venganza? Sí, es la venganza. Regresaran como aves a su jaula. Pero nunca, nunca metas a dos aves juntas. Es difícil que no peleen. Una cosa deja clara, tú explica tus desplantes, guarda silencio, mimetízate si es posible. Pero nunca, nunca te entregues. Finge. Así es el amor para algunos, y para ti, así se debe. Es la fórmula del amor que menos duele. Conquista antes de ser conquistado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario