viernes, 18 de febrero de 2011

Salir del clóset



Vieras, mi estimado chino, como hace últimamente nos estamos hablando de hombre a hombre; voy a abordar el gran caso que llevo cavilando hace algunos ayeres. Es menester por el que quisiera darle pie a esta charla, es para desentrañar la duda, más bien es para saciar esta absurda curiosidad que a veces me envuelve y carcome el alma. Antes que nada quisiera que, nuestra charla no dé mínimo indicio de la putería entre compadres. ¿Ok? Tú has de saber que soy legal, legal hombre y si es menester sólo salir de duda por el simple hecho de saber, aquí te expongo. Cuando éramos bachilleres, tú has de haber recordado al profe y licenciado: Refugio González Barranco, mira que yo no podría olvidar su nombre. Sucede que, aquel profe, te decía: El carambola de tres, o cuatro bandas, ya no lo recuerdo bien, pero según en esos tiempos tú andabas clavado en un concurso de billar y eras campeón de categoría. Total, y para no andarme por la banda, quiero saber si este hombre te sabía algo, o nada más parlaba al tanteo. Yo últimamente estoy por enterado que el profe Refugio acaba de salir del clóset, luego algunos alumnos repartieron fotos de él y su reverendo miembro al aire. Es una pena que a esa edad de setenta y tantos años el profe se haya declarado gay. Total, tú y yo estamos lejos, pero ahora tengo una de esas fotos en mis manos; el profe sujetando su flácido miembro. Vieras que desfiguro, al menos se hubiera pasado el rastrillo. No es mal informarte, pero yo a veces lo hago, y ya entre nos, recuerdas que en aquellos tiempos nos mediamos el miembro con todas las piezas del juego geométrico. Gracias al cielo, me gusta mi pinga. Recuerdas de cómo era bonita, y hasta sonreía cuando le pasábamos el trasportador. Total, ahora tengo una apuesta con mi brother y ya en la noche checaremos algunas especificaciones con la película porno de Niurka Marcos, la cubanita que reina de taxis y chilanga se volviera. Total, el punto es que debes confesarme, porque el profe Refugio a veces te cabuleaba, no me digas mentiras, hay algunas anécdotas que tú y yo bien sabemos. No quiero incomodar a la gringuita, ni causar problemas en tu familia, sólo aquí entre nos, vamos a sincerarnos, porque si tú me mientes, yo no podría hacer nada con esta vida que también pide a gritos salir del clóset.

No hay comentarios:

Publicar un comentario