domingo, 6 de febrero de 2011

Instrucciones para besar a una señora




Algunos hombres pueden hacerle gestos a este instructivo, pero otros a brincos están esperando leerlo. Pues sí, existen hombres, jóvenes y viejos que, consideran a la mujer de edad madura como un lastre sexual, o como una criatura de antaño al que cada día se le caen las hojas y poco a poco se llena de escarcha su pelo; ¡y no es así! Realmente, la vituperada ñora, o señora tiene una inminente carga sexual, sentimental y erótica. Es una mujer en plenitud en todo sentido de la palabra, así que éste no es un instructivo para incurrir en la alevosía de formar pederastas ni asaltacunas por naturaleza. Así pues, invito a mi lector con todo el respeto de lo que a la palabra va leyendo, abandone estas líneas o siga adelante si considera a la ñora como una criatura frustrada; o en plenitud y apogeo. Hay que decidir truncar la lectura o seguir creciendo. Total, existen de ñoras a señoras, no hay porque discriminar de una a otra, ambas tienen su corazoncito. En fin, comencemos. El primer paso es de lo más fácil o álgido. Vamos a mirar a la señora con otros aires, los aires del jovenzuelo que añora y aspira a ver más lejos. El segundo paso puede resultar más atrevido, y ese es accionar el clásico cortejo, todo con su debido respeto y edad, alcurnia y clase se refiere. Las señoras son más cuidadas en sus movimientos, pero eso no les resta sensibilidad y discernimiento. ¿Ok? El paso que a continuación se refiere es, de lo más objetivo y sin tontos deslizamientos e infantilismo; vamos a insinuarla, a mirarla a los labios, a divagar en su rostro con singulares y coquetos pestañeos. ¡Pronto ya estará la obra!, el número telefónico y la cita. ¡Vaya arrogancia, vaya clase, vaya atrevimiento! Ahora sólo hay que dialogar, temblar un poco de las manos no es inevitable; aunque ella sólo está esperando tu primer intento para atraparlo con tal premura, como si se le fuera la dicha, el aire, la vida. El beso en una señora, y los años no lo hacen mejor o peor, puede variar en gusto y deleite según la química y la forma. Total, ahora sólo procede vivir y experimentar. Ella vive, tú experimentas. El instructivo puede resultar obsoleto, porque la forma de accionar un corazón viejoven es la forma de vivir sin miramientos de tiempo y aspiraciones.

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