domingo, 20 de febrero de 2011

De tierra y cosecha soy


Me gusta ser quien soy, no soy grande ni chico. Tengo la cara limpia como caprichosamente sucia. Sí, vengo desde abajo, pero no me siento estar arriba. Aquí entre nos, creo tengo suerte. Sí, ya sé que algunos dicen: que la suerte no existe; yo creo que es relativa. Total, no me apena decir que tengo mis raíces con gente, con familia de tierra y cosecha, de ranchitos y abuelos de hacienda. Ahora no tengo nada, aprendí hace años habilidades que ahora están estancadas, añejas y archivadas. Dicen los papeles de mi universidad que he estudiado Comunicación y Periodismo, pero yo no sé relativamente para qué sirvo, sólo sé que tengo necesidades de comer, de querer, de ganar, de verme y tener éxito como salud. Pero a lo que voy es, a decir quién mondrigo soy yo, quién soy yo; si ese es el punto no creo aclararme todavía el arranque de mi existencia. Sólo sé que a estas alturas me encuentro entre feliz y contento, eso sí, estoy mejor que hace unos días. El porqué lo tengo en mi mesa; la esplendida comida de rancho que nos trajimos mamá y yo, de nuestro, bueno, de su terruño más que mi terruño. Total, ese soy yo, gente de abajo más que de arriba. No tengo mucho ni pienso en cuando tener, pero si a ojos vistos de los demás es bueno tener y desear, siempre desear, vamos a conseguirlo para seguirse a unos y a otros, conociendo.

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