El amor

¿Por qué el amor es tan difícil? Más bien, ¿por qué ellas son tan difíciles, cuando el amor es serio? Hay que verlas emperifolladas y oliendo a perfume, y el tipo no llegó. Hay que verlas ociosas y displicentes cuando el amor casi les tira la puerta. Total, pero el amor siempre es difícil, ya una, ya otra parte. Cuando uno da de más, o da lo necesario, la otra parte se acostumbra a ser sólo receptor, de vez en cuando reacciona con un beso correspondido, pero el asunto se asfixia. La pregunta, ¿quién las entiende a ellas? La respuesta no creo conocerla yo. Cuando uno es perro, y tiene verbo como buen rostro: Beverly Hills; allí están dando y dando números, y dirección: Rodeo Or. Pero cuando uno es entregado, tierno, pasional y hasta romántico, se acostumbran, o de plano te celan hasta la única amiga que bien puede ser del preescolar. Total, es mejor no meterse con el amor, a unos simplemente se les da eso de que sea tanto libre como procurado. Pero a uno, la parte obsesión le queda mucho, es mejor no procurarlas, cuando el arroz ya se coció, al fin de cuentas el amor es tan cambiante que un día estarás solo, satisfecho, pero desee y desee regresar el tiempo para casarte o divorciarte, que sé yo.


“¿Qué hay que hacer cuando todo se acaba? Dice, Benedetti, no hay más opción que inventarse, que reinventarse. Pero yo no puedo reinventar a un buen amor. Se ha ido ella, se ha enojado otra de ellas. Voy a reinventarme a tratar de conquistar, a tratar de rodearme de las malas compañías, porque dice Joaquín Sabinas, son las mejores. Total, y a dónde voy si Lorediana está enojada, y Jennifer es una niña que necesita vivir. Total, me iré tras las caderas de la primera que sepa rodear mi amor”.