lunes, 5 de noviembre de 2012

Sobre casarse

He pensado en que posiblemente no me case. Aunque sí quiero tener un niño y una niña, si me gustaría ser padre. Creo que el matrimonio te limita el plumaje de tus alas, aunque te eleva hasta la ejemplaridad en sociedad y ante Dios Padre. Me gusta conversar con gente que ha vivido en pareja, que tiene una bonita familia, y hasta los que se dicen solteros y felices. Aunque ahora yo estoy soltero, con novia y con la curiosidad de entre andarme y seguir libre. Me han contado los solteros que se dicen realizados y felices. Otros tantos casados se lamentan y cuentan que no han conocido bien a su pareja, y ahora el divorcio es todo un fraude que cuesta y cuesta caro. Otros tantos que ha seguido bien la senda del “vivieron para siempre felices”, se sienten otro tanto perseverantes y felices. Me cuentan que para que un matrimonio esté bien de principio a fin es tener que casarse primeramente con Dios Padre, luego que se deben tener respeto tanto físico como verbal, enseguida la comunicación es un rol que define tanto fidelidad y los no celos; todo esto sin que padres, hermanos, y tíos influyan en dicha relación. Así es el triangulo perfecto. Pero para qué tanto complicarse la vida, si el noviazgo es bonito, y más el sexo sin compromiso. No hay nada que detenga si no se tiene cordura y pasión por vivir la vida loca en esta hermosa vida a donde se viene a multiplicarnos tanto en ilusiones, sueños y fornique. El corazón es plástico y el sexo endeble, no tiene fuerza de voluntad, nada que con el dinero no se pise y compre.

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