lunes, 5 de noviembre de 2012

El amor inorgánico

No a las putas y su seducción. Te embrutecen la cabeza y empañan tus sentidos. Hoy estoy embrutecido por la ausencia y el calor. Me enamoré de una puta y encontré la perdición porque de ella nada supe, ni cómo se llama en realidad, y dónde reposa su voz. Las putas cambian de hogar como se cambian de calzón. Dicen que los hombres se llevan la boca de tanto llorar. Puedes contratar a una puta, decirle que llore a tu lado, que se hinque a tu voz, porque la vergüenza para nada existe, y del dolor y el orgullo se puede tener en otra ocasión. Dicen la putas entre putas que la envidia es coercible, que yo puedo invitarle el alcohol a quien quiera, que puede ser gratificante a mi voz, que no salen de la trinchera, que tienen hambre, sed y amor. Soy débil con la Corona, y si es clara pues, no importa, apendeja y se siente de lo mejor, porque el amor de una puta no sirve, es desechable e inorgánico.

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