lunes, 5 de noviembre de 2012

Ojo no lectoras

Aún siendo hombrecito, yo sí me encamo con hombres, pero de esos hombres vestiditos que sí huelen y son casi mujer. Tengo amigos que son gay y son todo masculino, de esa clase de género no me interesan, les ofrezco mi amistad y mi más sincera admiración por su masculinidad y saber verse bien. Algunos dicen que eso de no ser coherentes con su genero es una aberración, yo soy hombre y me gustan las mujeres, pero no les digo aberración eso de reconocer a un travestí que operado tiene boca y sabe trabajarle a la polla tan bien que cátedras se hablan en el Kamasutra y tantas versiones corregidas y aumentadas, habidas y por haber. ¿Pero cuál es mi punto de fuga e interés? Es tal vez tranquilizar los ánimos, y las inquietudes a los chicos que gustan de travestis y lo que hacen sólo con la boca y la lengua, sólo hasta allí, porque eso de fornicar con los hombres que no gozan de un vientre y una matriz, eso sí ya no es tan agradable. Los cuerpos son diferentes como las sensaciones. Así pues el cuerpo de un hombre como el cuerpo de una mujer es la mejor estampa para gozar de otras agradables sensaciones, un travesti y sus terminaciones labiales ya son una contradicción, deja que sólo te mamen, lo que hagan más adelante me deslindo ser portador, podría ser el interés porque por tus medios lo descubras, estimado lector.

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