jueves, 1 de noviembre de 2012

Amor casi público por destino y expresión

Las putas nacieron para mí, el amor no. Podría ser la máxima que me distingue eso de pagarles por desahuecar mi corazón a las mujeres nocturnas. Todas las putas me quieren pero las reputisísimas atienden mejor mis atenciones. Tengo un problema con la expresión, soy tan pasivo con el amor que amotino los gustos y los placeres. Hay que verme matándolas a besos y caricias, asfixiándolas con la expresión de mis manos, con el contacto de mis manos, de mi voz en su oído; hay que verlas. Es por tanto que yo pago, y de esa mujeres nocturnas me enamoro; son las que menos me hacen daño, porque no hay amor que no sea público en mi corazón. No nací para enamorarme, sino para expresarme con papel contante y sonante, con besos brutos y torpes por el alcohol.

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