lunes, 5 de noviembre de 2012

De la cintura que pierde cabales

Esa mujer tiene cintura, no cinturita, sino cintura de mujer. Se le siente el viaje perfecto de una mano de hombre rodeando su cuerpo de amazona. Nada de cinturita de avispa. Nada de hueso, sino muslo, curvas, culo, senos de mujer. Si había tocado tremendos maquinones, esos se quedan cortos a la fiereza de esta mujer. Con cualquier trapito se ve bien, mientras más chicos y desaparecido se vea, más orgulloso camina a su lado. Le encanta rodear a esa mujer. No tiene nada de afortunado, sino sólo seleccionado por los requisitos que llenan el formato de sus gustos y desacatos. Es su hombre, su carbón, no hay nada más que la llene, sino sólo su súper hombre que le llena el tanque hasta embrutecerle el corazón. Son el género perfecto en varios alrededores, la raza idónea; el sexo perfecto entre dos. Y él pegado a ella, y ella pegada a él.

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