viernes, 25 de marzo de 2011

El sueño a colores



Hoy te soñé Loredianita. Pero mi sueño fue inmaduro igual que yo. No me refiero a un sueño en blanco y negro, no. Fue un sueño a colores, pero yo fui el extremo de la inmadurez, y tú la mujercita encargada de cuidar a tus sobrinos como si fueras su madre. Hace unas horas en mi sueño, yo jugaba con mi balón de básquet valiéndome madres la vida, que los amigos, que la televisión. Pero te buscaba y era tan larvario mi estado que ya no tenías esperanzas puestas en mí. No sé si en aquel momento tenías esperanzas puestas en mí. No sé si en aquel momento tenías a alguien arropándote el corazón, pero yo estaba solo, aunque la monotonía, el gusto por los reflectores habían robado mi atención. El sueño me gustó, porque como te digo no fue en blanco y negro, además fue un sueño que creo duró hasta mi quito sueño. Total, y a ti qué te han de importar estas cosas, dirás fue un simple sueño. Pero para mí no fue un simple sueño, ya tenía tiempo en que no te soñaba, y soñarte fue un indicio de que en verdad no estoy haciendo nada cierto con mi vida, debo verte y tomar las riendas de mi vida. Total, eso a cambio de que me digas que has hecho tu vida, y ya nada puedes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario