sábado, 26 de marzo de 2011

Adiós-desamor




Hoy Jen se fue. Está bien, yo no puedo detenerle, el amor de lejos es difícil. Qué puedo hacer, cómo puedo detenerle. No hay vuelta de hoja y este amor ya se jodió. Su finta era que fuéramos amigos, pero es que para mí eso ya no funciona cuando se entrega el corazón. Mi corazón no se puede dividir en partes, es simplemente corazón o corazón. Hay momentos en que quiero llorarle, pero sinceramente me aguanto, trato de darle ocupación a las manos, y tregua a este corazón. Algunos lloran por cosas tan simples, por cosas tan insignificantes, yo estoy haciéndome el fuerte para no llorar de amor. Y es que el amor sí está difícil en mi vida, es mi karma y mi último vagón. Total, pero para todo el amor cura algo semejante, y el amor no es la excepción. Sé que mañana va a ser un día difícil, andaré recién remendado del corazón. Pero bueno, ya es noche y no más ojos rojos, del corazón mejor ni hablarle. Hoy no sientes corazón.

El desamor





Levantarse llorando, levantarse a moco tendido con los ojos rojos y llorando las lágrimas de cocodrilo. Hoy me levanté así, y no porque se me ha caído la guitarra que luego cuelgo cerca de mi cabecera, sino porque hoy amanecí como si alguien me faltara, y en verdad me falta, se ha mudado sin mí, seguro y a otro corazón más cerca de por allá. Total, yo sabía que el amor de lejos era complicado, pero no tan difícil. Los sueños no curan todo, la noche agrieta la herida y el dolor es algo fuerte cuando se despierta; hay que curarlo con reposo, ya de noche cambiar los vendajes y sujetaros fuerte al mástil y a los pilares del sano desamor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario