viernes, 25 de marzo de 2011

El que se enoja



Siempre el que se enoja pierde, hay que esperar, mimetizarse. Ocultar el enojo, las iras que rompen y mientan madres. Dicen que el tiempo cura, y en parte es cierto, pero también desespera, acumula la bilis. Pero siempre hay que esperar, aunque de pálido cambiemos a verde. El tiempo es el mejor maestro, siempre que haya tiempo hay oportunidad, no en la muerte. Vamos a esperar, a aguantarse. Hoy tal vez no es el tiempo, el día indicado, pero ya habrá momento del destape, allí podrás decir que has dado guerra al destino que trunca, al destino que acumula y estanca la bilis. ¿Y a dónde se va cuando se tiene enojo, poco tiempo? ¿A desgajarse la cabeza en paredes? ¿A destrozar a otras personas con palabras hirientes? ¿A insultar a tu padre o a tu madre? ¿A renegar de Dios? ¿O a ponerse a llorar en las esquinas más silenciosas y llenas de luz? ¿Qué hay que hacer cuando un día más se pierde? Dicen que el tiempo es oro molido, pero de una cosa si estamos seguros, y es que la paciencia y el decoro de no perder la forma, es el más preciado tesoro, porque el que se enoja pierde.

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