sábado, 26 de marzo de 2011

Ayer una lesbiana, hoy una cruda


¡Puta! Lo que hoy recuerdo es que estaba con una supuesta lesbiana. Hoy me confunde la cruda. Siento que el mundo me estalla, bueno, no es para tanto, pero sí recuerdo como llegué a mi casa. Lo peor es que también recuerdo las visiones que hice en una casa de familia. Mira que, ellos tienen un concepto bien de mí. Cómo amanecer hoy y tener colgado otro concepto. A claras, recuerdo que fue una trampa de niñas huecas y sin seso, de esas niñas que piensan que, el dinero debe moverlo todo; yo me di cuenta de eso, cuando ya había besado a la lesbiana, y no tenía ni tengo una relación muy estrecha con la chica, sólo puedo decir que es bonita, de familia y adinerada. Pero yo, ¡puta!, si lo hubiera sabido, pues no sé, tal vez y las cosas hubieran sido diferentes. Pero es que estaba borracho, no sé si el plan de las niñas constaba en ponerme más y más alcoholizado. Supuestamente el tequila es para los nacos, dice una de las féminas que me incluyeron en su alevoso plan, yo tomaba tequila ayer. Sucedió que estaba sin pareja de baile, mis amigos se habían ido a bailar, pero yo con los ojos ya rojos los veía, no les perdía mi pista. Platiqué y platiqué con las niñas portaditas y todo bien, dicen que tomaban: whisky, vodka, ron, total, su bebida era otra a la mía, yo ya bien ebrio con tequila, lo suficiente para torcer un poco mi paso si quería recurrir por otro vasito de bebida. Total, el chiste fue que la niña lesvi me llevó de mi sitio a la cocina, el objetivo líquido era una suave y rubia que tenía debajo de la mesa. Pusimos hielo, un jugo de piña y cruzamos los brazos, tomé hasta el fondo, no tanto ella. ¡Y maldita sea que!, se me cruzan los cables como las piernas, y allí estaba yo todo borracho en la cocina y con unas lindas piernas frente. El plan era este, a mí se me preguntaba si era gay, yo como bien pedo quiero demostrarlo todo, pues tuve que besarla, y la besé. Salimos de la cocina, yo con mi vaso medio ocupado de puros hielos, y ella con el suyo a medias agitado de aquel liquido rubio como el sol. Primero la niña lesvi me lleva como de la mano, luego como que recuerdo me solté de ella, hasta llegar al patio, y jardineras; allí estaba su otra prima y otra niña fresa. ¡Y puta! Y que le dice que, no era gay, y hasta le platica del beso frente de mí. Y yo, ¡a chispar rayos! Me sentí engañado, y el hazmerreir de su fiesta, me recargué en una pared, mientras ellas cruzaban más comentarios. Total, yo ya estaba hasta el carajo y, mi tonta y cruzada bebida estaba hasta el full de mi inconsciencia. Y que sus amigas se esconden tras una puerta, y que la dejan sola a la niña lesvi, y yo que la jalo y que me la llevo atrasito de un carro de colección; y allí que comienzo a besarla, nuestros vasos medio tintineaban y se apastaban sobre nuestros cuerpos. El rollo es que allí me di cuenta, más bien me va confesando en que ella estaba confundida. Me platicó del brindis que, hizo conmigo, de su primer amor, y ¡zaz!, era una mujer. Y que comienza a hablarme de esa mujer, de su amiga y no sé qué madres. De los hombres y sus impulsos, de una maestra y hasta del desconcierto de su madre. Total, yo como que, le paraba a ratos y con mi lengua latigueando en alcohol le daba consejos al oído, su cabello revuelto, su aroma a niña bien, sus ojitos, sus labios, su cuerpo; todo me parecía un sueño. Entre consejos y repentinas lágrimas la abrazaba fuerte y le pedía valor para enfrentar su confusión, luego en ratos nos besábamos y le cubría su cuello con el jugueteo de mis labios. Total, estuvo en que ya no hubo mucha resistencia de su parte, y ya me abrazaba. Le había quitado su vaso y lo había puesto en algún lugar de por allí cerca. Total, así pudimos abrazarnos y yo con mis piernitas pegadas a las suyas. Me llegaron voces, y risas flotadas desde la entrada principal, ¡y a chispar rayos! eran ellas, sus amigas, ¡y válgame Dios!, los tíos, y las tías se daban cuenta de no sé qué, pero cierto de que, una de sus niñas consentidas estaba conmigo. Total, hasta que salió la madre y le gritó desde lejos a su niña, le preguntó por un bolso, pero no se enojó. Yo me paré como soldadito a lado de su hija como acatando mis desplantes. Y su madre se fue, yo que me vuelvo a quedar con ella; agradeciéndome con más besos el haberla agraciado frente a su madre para quitarse esa etiqueta que ella a bien, le había puesto de lesbiana y confundida. El confundido era yo, cuando me subió por unas escaleras en caracol hasta un cuarto. La residencia toda seguía con su música, y yo todo con las ansias de seguir tocando aquel cuerpo, pero todo fue un momento, pasión y cordura. Bajé por las mismas escaleras, me despedí de algunos señores, y tanto hombre había organizado la fiesta, además, de la señora y jefa de familia (para mí la más importante que tengo en deuda). Mis amigas y amigos a mi lado, ya les había contado un poco el rollo, y cuidaban mis pasos, bien buena onda ellos, y yo bien ebrio, ¡y a chispar rayos! Total, salí por la puerta principal, con el consentimiento de la familia. Ricitas y voces se seguían escuchando desde las jardineras, luego una voz en la terraza; era ella que, me cuchicheaba el número de su celular. Yo medio anoté la pista y salí orientado por una amiga y su novio. Trepé a mi auto, abrieron puertas y portones, y aceleré hasta mi casa. Desperté hace rato, y haciendo conciencia creo debo dar la cara y volverme a aquella casa, tomar la mano de la supuesta lesvi, invitarla a comer y confesarle mi gusto por los hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario