jueves, 21 de abril de 2011

Renegando de Dios


¡Señor, déjame! Déjame perderme y nublar mi vida. Tú que me has ilusionado a un sentido, a un todo, por qué hoy opacas mi camino. Yo que he sido soldado de tu nombre, yo que te he aceptado en mi corazón. No te pido que me des fuerzas, si esas fuerzas van a tener un fin sin salida, sin solución de laberinto. Tú no existes Dios, tú no ves por tus hijos que perseveran por tu nombre. Tú cierras y bloqueas caminos. Ríe Dios de mí, siempre me has tenido a tus pies y hoy me tienes a tu albedrío. Has de mí lo que te plazca, ya no creo que estés conmigo. Me has levantado a lo tonto, me has elevado para caer más fuerte al precipicio. Qué bondad eres Dios, no eres bondad, eres la falacia que ilusiona a cualquier blando de corazón como yo. Odio siempre ser bueno, noble e inocente, tú me has hecho así, pero por qué, ya no te entiendo. Tanto esfuerzo de fe a la basura; me sigues bloqueando el camino, bebes mis lágrimas con gusto, premias a quien pasa sobre mi cuerpo. Tú no eres mis sueños, tú eres el indiferente, el que pensaba que estaba como un padre nunca tenido. Ya no puedo con esto, señor, has de mí lo que te plazca, ya no puedo con estos tontos sueños, ya no puedo contigo, ni conmigo. Y sí reniego de tu nombre, y del destino que has impregnado en mis talones. Por qué Dios, si eres mi Dios, y en ti he puesto todos mis dones, por qué eres así conmigo, ya no quiero ser uno más de tus hijos, déjame que, es igual estar contigo. ¡Ya no me des fuerzas, señor, ya no quiero estar contigo!

1 comentario:

  1. El Renegar de Dios es renegar de nosotros mismos, no podemos separar a dios de nuestro ser, en lo infimo en lo micro somos Dios.

    ResponderEliminar