lunes, 11 de abril de 2011

A la chingada, lloraré


De qué puedo escribir, sin ponerme triste, sin sentir que traigo una pena que me ahueca el corazón. No puedo sentirme bien del bonito día, del abrazador sol y todo lo verde, de las piernas bonitas y las cabelleras rubias bajo un paraguas de color. No quiero hablarles a ellas, ni que me miren. Tengo ganas de enterrar la cabeza y ponerme a llorar. Tengo ganas de no escucharme. Inversa. No tengo ganas de levantarme, aunque el sol abraza mi espalda, hace sudar mi cuello, me marea y me hace mirar colores verdes. Quiero quedarme aquí, y agachar la cabeza como un avestruz. Voy a dejarme caer en esta banca y que sea lo que este buche de sentimientos me contiene. Los hombres no lloran. ¡A la chingada! A mí ya no me importa. Lloraré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario