domingo, 19 de junio de 2011

Autobografía de rigor


Soy el hijo mediano de mi madre, o sea que tengo una hermana mayor y un hermano más chico. Mi hermana tiene 26; mi hermano 20; y yo 24 años. Nací una noche 6 de noviembre en Azcapotzálco, D.F., en el año del 86´. Dice mi madre que tengo el mismo nombre que mi padre, porque hace años se amaron muchísimo, pero ahora nadie se sabe. Hace años dejamos a mi padre, calculando mi edad, tendría yo ocho años; listo para reanudar mis estudios de tercer grado en Apan, Hidalgo. Así pues, entré a la primaria: Javier Rojo Gómez, una escuelita recién creada y con apenas las bardas encaladitas y con verdes matas y pastos creciendo. En el tercer grado me fue difícil adaptarme, no era muy aplicado y tenía problemas para resolver los ejercicios de los libros de textos, pero tanto: prima, hermana, amiga de mi prima, y un tío, pude resolver mi vida y comenzar a dar los primeros empujoncitos entre los mejores de la clase. Llegaron las vacaciones y con ello el dictado, la transcripción de textos de mi libro de lecturas, terminaron por gustarme los libros. Aprendía fechas, nombres y ciudades. Memorizaba capitales, y personajes históricos, hasta pasar a quinto, y sexto. Y por fin, la noticia… podía ser: abanderado, pero estaba muy bajito de estatura, así que mejor me pusieron atrás de los otros; éramos cinco y allí creció mi autoestima como la espuma. Vivía con una tía, se llama Manuela, hermana de mi madre. Mi mamá se iba a trabajar mientras mi tía administraba gastos y demás cosas útiles. Mi hermana estaba en la secundaria: Miguel Hidalgo # 1. Es la secundaria más reconocida y céntrica de la ciudad de Apan, así y por ende enfilé mis estudios a aquella escuela, sólo que por la tarde. La cosa estaba fácil, porque tuve la suerte de tener buenos profesores en primaria y demás alrededores. Cuentas, sumas, restas, raíces, divisiones; estaban fáciles, lo demás era memoria. Recuerdo que, tuve muchos amigos, tal vez no novias, pero sí amigos y amigas; recuerdo que estaba en el taller de carpintería y pude relacionarme con otros tantos que me admiraban y estimaban por igual. Yo forjé amistad en suma medida. Total, terminé mis tres años: había entrado en el año de 1999, y salido en el 2002. Así pues, y en gran providencia me volvía a enfilar al rumbo donde mi hermana ya cursaba el nivel medio superior. Justo en aquel tiempo, yo concluía satisfactoriamente la secundaria, y mi hermano Ismael concluía la primaria donde antes yo lo había acompañado por tres años. Cerramos el círculo con mi tía, y nos fuimos definitivamente para Calpulalpan, Tlaxcala. El cambio nos resultó entre difícil ubicarse, y fácil acceder a la escuela. Asistí a un CBTis, CBTis 154 se llama y numera todavía, total, asistí allí para tratar de lograrme como: Técnico en Administración, la carrera se me hacía digerible y entretenida. Pronto, las formulas y los números me llenaron la cabeza. Pero, y sin embargo, tuve una relación con una chica entrañable, logré distinguirme entre algunos, luego centenares, y como en la vida no se puede tener todo, allí fue cuando decidí aplicarme a mirar nuevos horizontes y hacer a un lado los latidos del corazón. Aunque tuve dos que tres relaciones agradables y efímeras, sólo latidos, saltos y corazón, nada de hijos. Pasaron tres años más y mis amarras debían soltarse, estoy hablando del año 2005, cuando concluida la prepa tenía idea de alcanzar a mi madre en México, ella siempre nos veía cada fin de semana, pero no era suficiente, además allí en la UNAM vería nuevos bríos y horizontes. Y así fue, nos ubicamos en una colonia con tintes y populo agradable, y es allí donde todavía vivo. Tenemos una casa en la avenida: Solís no. 149. Y ya han pasado casi seis años. Soy licenciado en Comunicación y Periodismo, juntos, pero soy más chismoso que comunicador. Juego basquetbol amateur y, soy aficionado del video y del juego, juntos también. Distribuyo mi tiempo en actividades no muy estables, colaboro y público en revistas y periódicos ya sean capitalinos o foráneos. Tengo el sueño de editar dos que tres libros, con un tiraje de miles y traducidos al menos a un dialecto; por ahora esos serán mis hijos, porque después ya Dios dirá.

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