jueves, 1 de noviembre de 2012
Mi trofea nada fea
Yo traigo a una de las chicas más bonitas y buenotas de por aquí. Había conocido chicas: altas, bonitas y buenas, pero en ésta ningún hombre conocedor del ramo me dejara mentir. No me disgusta que otros hombres le miren el culo, y hasta que imaginen haciéndola suya y siendo unos perros con ella; no porque en cierta manera yo fui también un perro, pero un perro que sin tantos ladridos la conquistó. Cuando va conmigo hasta los semáforos suspiran, y respiro orgulloso yo. No la quiero tanto, pero es mi gran trofeo. Muestro ante otros y otras mi calado, puras chicas buenotas, con carga y descarga de suntuosidad, porque aunque los perros ladren, yo no les habré de voltear.
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